lunes, 14 de noviembre de 2011

Una noche de tantas
en las que nunca ocurre nada,
y los instantes que pasan
se follan las ganas
de sumergirnos en la oscuridad
de nuestras gargantas.
Noches etílicas,
vanas, buscando razones
para evitar mirarnos a los ojos,
riéndole los chistes a un destino
prostituido por las esquinas,
vagabundo de su suerte.
Canino por el roce de tu mano,
tú misteriosa, como siempre
lo has sido,
busco en tus gestos
'el instante decisivo' que mentaba
aquel maldito fotógrafo,
esa sombra que me persigue
desde que me dio por intentar
conocerte.

2 comentarios:

  1. Me he acordado al leerte de Luis García Montero:

    Cinco años ya vigilándome muda-, desde la seriedad y la fotografía.
    Careciendo ante ti de todos los recursos.

    ResponderEliminar
  2. Que mi poesía te recuerde a Montero me parece que es uno de los mejores halagos que puedo recibir, aunque no le llegue ni a la suela de los zapatos.

    Gracias.

    ResponderEliminar