martes, 5 de mayo de 2009

Agua salada


En el cielo se asoman las luces que preceden al alba.
El mar duerme tranquilo, delicadas olas te lamen los pies.
Eres la única persona que queda en la playa.
Los posos de la embriaguez te velan la mente.
Y te dejas caer, de espaldas, sobre la arena.
El cielo ya no es negro, las estrellas se apagan.
A tu lado reposan lápiz y papel,
pero no hay nada escrito en él.
Quisieras inmortalizar el momento con palabras,
pero no sabes cómo.
El tacto de la arena en tus dedos,
en tu espalda,
el murmullo del agua al contacto con tus pies,
el sonido de la leve brisa que te remueve el cabello,
el sabor del agua salada, el sabor de una lágrima.

Hay todo un mundo al alcance de tus manos,
no hay por qué buscar maravillas fuera,
si las tienes dentro de ti misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario