viernes, 8 de enero de 2010

Un día como otros en el calendario,
trece de marzo de dos mil nueve.
Sangrías en el Oficial,
se nos pasan las horas volando,
entre risas y tonterías,
nos despedimos y se va.
Cuento los minutos,
con el ánimo exaltado,
para volver a verte.
Después de todo hay cosas
en esta vida que me gustan,
una de ellas es sentarme al sol
contigo, en mi terraza,
y escuchar música toda la tarde;
me gusta perder el tiempo
en lo que me apetece,
qué le voy a hacer.
Y después damos una vuelta,
aunque haga frío,
y vemos escaparates,
pego la mejilla al cristal
y te miro entusiasmado
mientras tú miras entusiasmada
el vestido que querías.

Me gustaban todas
nuestras pequeñas cosas,
detalles invisibles
para el resto del mundo.
Y ya no sé si fue sueño,
mentira, o si ocurrió alguna vez,
porque ya no me pasan esas cosas,
porque ya no estás aquí,
aunque te necesite más que nunca.

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