lunes, 2 de abril de 2012

Cuando ya no dudas, y te invade la certeza de que nunca lo vas a poder conseguir.
Cuando sabes que sólo hace falta un empujón, una marcha más, esa vuelta de tuerca que nunca llegará.
Cuando das 'tu' 100%, y no es suficiente. Nunca lo ha sido, nunca lo será.
Cuando eres un cobarde, y lo sabes, y piensas en cambiar, y no lo haces, porque no quieres. No te engañes.
Cuando todo va bien y peor que nunca. Esas contradicciones de sonrisas infinitamente tristes. No me engañes.
Cuando sabes que rendirte es la única opción y tú, en tu cobardía, disfrazada de orgullo, lo sigues intentando.
Cuando verte todavía duele. No existe un por qué; simplemente duele, como el puto silencio.
Cuando tiras tus sueños al cubo de basura. ¿A quién le iban a importar?
Cuando te equivocas y no mereces el perdón, de nadie. Duele, pero es parte del juego. Seres consecuentes.
Cuando quieres solucionarlo, y tan sólo obtienes indiferencia. ¿Y qué esperabas?
Cuando no sabes escuchar, y presumes de lo contrario.
Cuando no sabes, y pretendes saber. No finjas, no sirve.
Cuando los abrazos se cuentan con los dedos de una mano.
Cuando recuentas las palabras y siempre son demasiado pocas.
Cuando recuerdas los gestos y ni tu propia imaginación tiene el valor de mentirte. Nada, es lo que había, hay, habrá.
Cuando te he necesitado, y no te he buscado. A veces olvidas que cuentan los detalles, que es un juego de dos.
Cuando sigues escribiendo, a pesar de que sigue sin tener sentido hacerlo. Y piensas en parar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario