miércoles, 25 de abril de 2012

Un mensaje a medio escribir.
Te recuerdo y fallecen mis ganas
de que sepas de mí.
¿Qué queda?
Tu sombra en ciertos versos,
una alegría marchita y otoñal
que se diluye en los cafés
que otras, como tú antes,
se avienen a concederme.
Las sobredosis nunca son buenas
y es algo que descubrí contigo;
la prisa mató la curiosidad,
y la curiosidad nos mató a nosotros,
quizá antes de nacer.
Mirarte a los ojos
será como volver en el tiempo;
'ven', te dije, 'pero ven',
y viniste a regalarme estas palabras,
los momentos, poemas no escritos.
No te daré las gracias,
tampoco creo que las quisieras;
no tiene sentido,
¿qué lo tiene ya?
Acaso me importa.

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