sábado, 27 de diciembre de 2008

Cemeteries of London


La noche nos invade.

Las calles oscuras, sombrías, por las que paseamos son el mejor recuerdo de una ciudad eterna.

Con las manos entrelazadas, avanzamos a paso lento, sin detenernos.

Por mis venas corren en este momento litros y litros de felicidad y descaro.

Siento ganas enormes de cantar, de liberar mi voz en una melodía épica y enorme.
Te miro y portas una gran sonrisa en el rostro.

El ruido es magia para mis oídos, todo me suena a música.

Todo... incluso tus ojos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario