jueves, 23 de abril de 2009

Vacío


Odio los días aburridos en los que no tengo nada que hacer.
Odio la pasividad de la gente ante las cosas.
Odio las máquinas frías y azules de las que creo depender.
Odio las persianas bajadas cuando el día es azul y brillante.
Odio saber que puedo hacer algo, y que no me dejen hacerlo.
Odio la música "empaquetada" en pequeños auriculares.
Odio las sillas que se hacen incómodas al cabo de un tiempo sentado.
Odio los cines repletos de gente.
Odio las habitaciones completamente a oscuras.
Odio los libros malos.
Odio a la gente superficial, hipócrita y conformista.

Odio muchas cosas...

Odio el querer y no poder ser yo mismo.
Odio el no saber reaccionar ante determinados estímulos.
Odio el tener oportunidades y no aprovecharlas.
Odio el olvido, la fugacidad del tiempo.
Odio las palabras vacías y falsas.

Odio muchas cosas.

Pero sobre todo,
por encima de cualquier otra cosa,
lo que más odio es el no tener nada que decirte.

...

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