Entonces despertaste, sin quererlo
Y miraste a tu alrededor, buscando una señal
Perdida en medio de la nada,
entre un montón de gente,
observabas con ojos sorprendidos
todo lo que te rodeaba.
Buscaste una salida,
había muchas puertas,
y ninguna llevaba a ningún sitio.
Estabas atrapada
dentro de ti misma.
Quisiste correr, tan sólo correr,
hacia donde te llevara el corazón.
Y no pudiste, no fuistes capaz;
era como correr
y permanecer quieta a la vez.
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