jueves, 24 de diciembre de 2009

Días que se confunden entre los pliegues
de un tiempo que perdimos de vista;
impacientes, esperamos cualquier sorpresa,
cualquier cosa que nos haga sentir
de nuevo correr vida por nuestras venas,
que nos haga pensar y llorar al recordar
que pudimos hacer más de lo que hicimos.

Estamos vivos, lo seguiremos estando,
¿pero de qué nos sirve vivir, seguir vivos,
si después de todo no disfrutamos del viaje,
los altos y los bajos del camino,
que no hacen de la vida sino un camino
arduo, difícil, pero interesante al fin y al cabo?
¿De qué me sirve vivir
si no puedo contar lo vivido?

Maestros en dejar escapar el tiempo,
artistas en el arte de lo banal,
reímos por no llorar de rabia,
buscamos excusas a pesar
de que no existan.
¿Qué nos pasa?
¿Por qué lo hacemos?
¿Es miedo, egoísmo?

¿Qué cojones es?

No hay comentarios:

Publicar un comentario