martes, 15 de diciembre de 2009

Evocaciones

- Juguemos a evocar sensaciones. A ver, yo primero: es verano, principios de julio... todo el verano por delante, sin preocupaciones... el tacto de la arena, el agua fresca, aromas que se mezclan: olor a sal, olor a freidurías... el murmullo de la gente en los paseos, mientras la Torre brilla de color naranja atardecer... La ducha tras el baño, el sabor casi sintético del agua que te recorre el cuerpo... la "calma tras la tempestad". Esas noches en que te tumbas en la arena junto a tu mejor amigo, teorizando sobre el universo de estrellas ahí arriba, o simplemente disfrutando de ese agradable contraste entre el calor de la hoguera y la frescura de la noche...Me encanta el verano, tío.

- (Sonríe y se hace el silencio por un momento) Me toca a mí: te sudan las manos, miras el reloj y te ausentas de allí por un momento; no quieres mirar a nadie, ese momento es tuyo y de nadie más. También es verano (a mí también me encanta el verano, ¿por qué será?), hace calor, pero del que no molesta. Estás sentado en los escalones de cualquier portal y la tarde cae. Una ligera brisa sopla y un escalofrío te recorre la espalda. Una pareja cualquiera pasa delante tuyo, charlando y riendo. Tu cara es un poema: querrías desaparecer de allí, que te tragara la tierra, y al mismo tiempo deseas que esa tarde se prolongue eternamente. De repente, aparece ella, por sorpresa; ¿cómo no la habías visto venir? Joder, está más bonita que nunca; no es la más guapa del baile, pero como si lo fuera. Te levantas con las piernas hechas un flan y os dais un par de besos en la mejilla. Estás de los nervios, pero que no se note. Y te ríes por no llorar de pura felicidad al verla.

- ¡Dios, sí! Ha sido brutal, tío. Me ha recordado a... bueno, da igual... ya da igual. En fin, es mi turno ahora: ya no es verano, sino invierno. Y allí fuera hace un frío de cojones. Pero a ti te da igual: el bar está repleto de gente, y la humanidad está más que patente. Charlas con tus colegas, te tomas unas cervezas (no demasiadas, no te sobra el dinero), y disfrutas el rato. Os tiráis las horas muertas dando tumbos de aquí para allá, errantes. Y todos sois más amigos que nunca... será cosa del alcohol. "Joder, qué frío", piensas, mientras esperas en la puerta del siguiente garito de la ruta. Son casi las 5 de la mañana, hace un frío que te levanta la piel, y darías tu pata izquierda por estar caliente bajo las sábanas. Tus colegas siguen echándose unas risas, se han encontrado con alguien que tú no conoces, así que te apartas a un rincón un momento. De manera inconsciente, sacas el móvil y marcas ese número que te sabes ya de memoria. Toque. Toque de respuesta. Sonríes. Eres la persona más feliz que ha pisado la tierra.

- Me tiraría horas hablando de esto. (Sonríe).

- (Sonríes) Yo también...

1 comentario:

  1. Me ha encantado ver como escribes después de concerte por tus fotografías de Flickr...;D Hoy me quedo un poco sin palabras para contestar a tu entrada...Otro día será!!

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