Con las manos posadas
sobre las rodillas
en un gesto elegante
Tus rizos cayendo
como lluvia fina sobre
la delicadez de tus hombros
La sonrisa a medias
que tanto me gustaba
destila una dulzura irreal
Y tus ojos,
verdes como los campos
en primavera,
verdes de esperanza,
llenos de pasión.
Qué alegría haberlos vuelto a ver...
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