viernes, 19 de marzo de 2010

El fin,
el fin de las cosas
en su forma más pura,
todo se va diluyendo
en la niebla,
como un humo blanco.

Morir y volver a nacer,
cada vez más fuerte,
con una sonrisa en tu rostro,
sincera y real,
tus ojos verdes.

Dime que me vaya,
y no volveré a verte,
borraré mis huellas,
el tiempo hará el resto.
Sólo dime que me quede,
en esta playa desierta,
los dos solos,
y no dudaré ni un instante.

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