sábado, 10 de abril de 2010

Como un silencio expectante,
el silencio tras una canción,
esa canción,
la incertidumbre de un riff
misterioso y salvaje.

La tensión está en el aire
tras un buen polvo,
pero aquí tú y yo
nada tenemos que ver con eso;
yo sólo quiero verte sonreír,
mientras el sudor recorre
tu mejilla roja.
Qué dientes más blancos,
qué ojos tan verdes.

El viento en tus pies
agitándose en el vacío
que precede al mar,
nunca sabrás si saltaste
o te faltó valor
para hacerlo.
Sientes el viento en tu nuca,
¿verdad?
Disfrútalo.

Te gusta el sabor
de una lágrima,
porque te recuerda el mar,
y por ende sus ojos verdes.

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