miércoles, 12 de mayo de 2010

Se oyen murmullos en la noche,
y ya no sé, no distingo
si eres tú que desde ahí abajo
me camelas para que baje
a verte,
o es el mar, jodido mar,
que me susurra que me quiere;
quizás es lo mismo.

Bebo un trago de esta copa
que sabe a la gloria de tus besos,
y me asomo al balcón para ver
tu cara bonita,
el vestido blanco que llevas
te sienta como un tiro,
pero estás guapa igual,
ya no distingo, qué más da.

Finalmente bajo a tu vera,
con la prisa de quien ha perdido
la noción del tiempo,
y de la mano nos acercamos a la playa,
qué sensación la de la arena en los pies
cuando la noche es cerrada
y brillan estrellas en el cielo, por una vez
en la vida.

No digas ni una palabra,
no hace falta que me digas nada,
no necesito que hables para saber
que estás ahí,
bésame en la mejilla
y tan sólo mira las estrellas ahí arriba,
déjate llevar por su música,
y no digas nada.

2 comentarios:

  1. Me encanto tu poema

    :D

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    byE

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  2. bésame en la mejilla
    y tan sólo mira las estrellas ahí arriba,
    déjate llevar por su música,
    y no digas nada.

    que bien escribes!!
    me encantaría que me pasara algo igual.

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