lunes, 24 de mayo de 2010

Tu moto aparcada
y tú, con tu sonrisa mona
te fumas otro
mientras me acerco
a ti despacio.
Unas gafas oscuras
tapan a medias
tus hipnóticos y
verdes ojos;
siempre me quedarán
tus labios.

Un solo beso en la mejilla
me deja claro
que no hay distancias cortas
que valgan,
sigues tan inalcanzable
como siempre.
Diosa.

Y comienzas a hablarme
de ti, cómo no,
qué si no;
pero da igual,
porque en mi mundo
sólo cabes tú;
yo, estoy de más.
Es así.

¿Sabes?
En realidad no te escucho,
e imagino tu cuerpo redondo
bajo esa camisa blanca,
mientras pienso qué sería de mí
si no te tuviera cerca,
si por alguna razón
no te hubiera conocido
lo poco que te conozco,
por decir algo...
como siempre.

1 comentario:

  1. Una linda descripción de una situación que has vivido seguramente.
    Yo no sé pero me queda la duda de que anteriormente entre o no a este blog.
    Porque por lo que veo me tenés en tu lista de blog, a no ser que nunca me hayas firmado... Pero no lo sé me entró la duda...

    O quizás la colgada soy yo... Si es así te pido perdón...

    Un beso

    ResponderEliminar