sábado, 12 de junio de 2010

La historia de siempre

A veces no te entiendo,
cuando vienes y me dices
cosas que ninguno de los dos
queremos oír;
yo tan sólo soy capaz
de imaginarme tu cuerpo
bajo esa camisa barata,
mientras que tú,
con tu sonrisa pícara,
cierras los ojos para no ver.

El calor del verano me mata,
borra el rastro de los sueños
que se pegan a mi almohada
como el carmín de unos labios
anónimos y cualesquiera;
y a la luz de la luna y la
embriaguez de dos copas de más,
como si no importara,
como si no me importaras,
al fin consigo dejarte atrás.

1 comentario:

  1. Dios me haces imaginar la situación y todo. Lo tuyo, además de la fotografía es esto, sin lugar a dudas!

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