miércoles, 1 de diciembre de 2010

Noviembre

Querías decirme algo,
pero la niebla se llevó
tus palabras,
y el sol y la luz
volvieron a esta ciudad.

Pero yo,
yo estaba perdido
en la oscuridad,
la densa oscuridad
que me invadía
en las noches de alcohol
y miradas cruzadas
con tintes de derrota.
Deambulaba las calles,
sintiendo el frío brutal
de las madrugadas de
Noviembre,
arropando mis ganas
y sueños arruinados
bajo el abrigo.

Todo se volvía extraño,
nuevo a la vista:
los mismos lugares,
las mismas calles que
dibujabas a carboncillo
en tus cuadernos,
se adivinaban deslavazados
y oscuros en mis fotografías,
como bocetos inacabados
de un pintor frustrado.

Y los días seguían a otros,
y las noches se volvían
más frías;
perdí la cuenta de las veces
que quise llamarte
y nunca lo hice,
viendo diluirse esas palabras,
que jamás llegué a escuchar,
en la niebla,
detrás del cristal.

2 comentarios:

  1. perdí la cuenta de las veces que quise llamarte y no lo hice....

    precioso y triste poema.

    muy bonito blog.un beso.

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