jueves, 3 de marzo de 2011

A veces imagino cómo sería
esa segunda oportunidad
que nunca nos dio la vida,
si aquel día
no lo hubiera dejado todo
por marcharme a romper
mi vida en pedazos.

Quizás ahora que todo
queda lejos
no es el momento,
cuando ya me he acostumbrado
a callar los buenos días
por la mañana,
a buscar cobijo en las esquinas
de las salas de cine,
a compartir mis cenas y tequilas
con esta extraña amante que tengo.
Hay momentos que me descubro
pasando las páginas
de un libro que me regalaste,
divagando en un universo de ideas
completamente ajeno y perdido;
me observo como desde fuera,
como quien entorna los ojos
a través del escaparate,
demasiado colocado como para
distinguir algo más allá de sombras
y formas grises.

Cuando la gente pregunta por ti,
no sé qué contestar, ni qué inventar,
cómo esconder esa presencia rondante
en que te has convertido
en algún rincón oscuro de mi cabeza,
de manera que pueda decir
que nunca te conocí,
que si acaso lo hice,
hace tiempo que te olvidé.

1 comentario:

  1. Me ha encantado la última parte del poema.
    "Cuando la gente pregunta por tí"... se me ha hecho un nudo en el estomago. Muy bueno.

    ResponderEliminar