martes, 10 de mayo de 2011

Es el primer día que duermo
con la ventana abierta,
hoy me ha despertado
el canto de las sirenas
que llegan al hospital;
yo, que quería esperar
a que vinieras a mi casa,
a despertarnos
en la misma habitación,
quizá abrazados, quizá,
tan sólo quizá,
no te estoy proponiendo
más de lo que nunca
te he dicho;
y vuelven mis pensamientos
al principio de todo,
traen de vuelta esa mirada
furtiva de ojos verdes
que voy olvidando
a cada rato que pasa,
ocupando mi vida
en menesteres
sin importancia.
Te escribo notas
en pequeños papeles blancos,
las rompo y las lanzo al aire,
pero el viento no me ayuda,
pésimo compañero de juegos;
así que sigo escribiendo,
leyendo, escuchando,
todo aquello que inunda
mis sentidos,
mientras procuro que no se note
la decepción en mis ojos,
la tristeza de saberte sin mí,
la rabia volcánica que me invade
cuando veo que acaba este día
entre diálogos de la televisión
y la música que droga mis oídos.

2 comentarios:

  1. Me sigue gustando tu poesía, me atrae, como me gusta la música de Tchaikovsky, atormentada y melancólica, pero hermosa. Aunque toco temas muy diferentes, pásate algún día por mi blog.
    Saludos, y un abrazo.

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  2. Bello en lo triste, acompañado y compartido en lo solitario. Muy bueno.

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