lunes, 26 de diciembre de 2011

Abstraída, buscando en las nubes
rastros del viento que las hace cambiar;
tú, frágil, pequeña,
recitando con sonrisas
versos de cualquier poeta underground;
me invade el deseo y la impotencia
de tenerte, de querer pensarte,
tocarte, verte en cualquier otro lugar,
o en mi propia cama,
¿para qué más lejos?
Una foto, días entre medias,
el trazo leve de tu voz
en un lienzo de música;
un piano, quizás;
suena el teléfono
y yo no sé quién es,
si tu risa que viene a rescatarme
o la cobardía que llega puntual,
como todos los días, al caer la noche.

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