miércoles, 7 de diciembre de 2011

Recitarte mis miedos,
mis dudas, y alguna
palabra adornada de regalo,
como si la distancia entre los dos,
el tiempo que nunca hemos tenido,
se deshicieran como el hielo
bajo el aliento de un beso.
Sentirte cercana, un faro en la noche,
caricia de agua helada
en un rostro de triste mueca,
olvido de una época
que permití existir.
Contarte historias,
despegar una sonrisa de tu boca,
y que finjas que te intrigan
mis desvaríos ingenuos,
romper el silencio con suspiros,
hablarte del fin de semana
que pasaría escribiéndote en
cuadernos de Moleskine.

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