martes, 20 de enero de 2009


No puedo parar quieto. Quien me conoce de verdad lo sabe; a pesar de mi apariencia tranquila y relajada, en mi interior se esconde una persona curiosa, muy curiosa, inquieta por aprender y conocer más cosas de esta vida, un alma intranquila.
Y digo yo que eso no debe ser del todo malo; ¿qué puede haber de nocivo en querer saber más, querer abrir tu mente a algo más, y no estancarse en lo mismo de siempre?
He decidido sentirme útil, y a la vez satisfacer mi curiosidad de una vez por todas: quiero saber cómo es la vida fuera de aquí, conocer otras culturas, otras formas de pensar y ver la vida. Por eso me voy a ir, lo más lejos que pueda de Murcia, de España (y del mundo entero, si pudiera).
Me da igual dónde... yo sólo quiero irme de aquí.
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