nubes grises y
la arena entre tus pies descalzos,
el sonido del mar
en un día invernal,
viento frío que
te hace llorar
y pensar en cosas.
Miro tus ojos
perdidos en la distancia,
en un punto sin determinar;
mendigo tu mano frágil y
vagamos sin nada que decirnos,
ni a la cara ni a escondidas,
en esta puta playa vacía,
sin horizonte, sin destino,
como dos sombras suspendidas
sobre un mar de silencios.
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