martes, 2 de febrero de 2010

Si pudiera escaparme al mar
y vivir del cuento y del aire,
enterrando los pies en la arena
para sentir su fría caricia,
y poder contemplar cada día
que pase, lejos de aquí,
amaneceres nuevos
e infinitos atardeceres,
cuando puedes mirar al sol
de frente sin que éste
te engulla los ojos,
quizás así conseguiría las fuerzas
que me faltan para soportar
tu presencia,
para evitar tus miradas
y vivir en la ignorancia de tu ser.

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