miércoles, 7 de abril de 2010

Es fácil no sentir más que vacío
al mirar el paisaje desvanecerse
tras la ventanilla del coche;
"Boys don't cry",
canta alguien en la radio,
y la montaña a lo lejos
va quedando atrás.
El frío cristal en tu sien
no consigue inquietarte apenas,
eres un alma sin voz,
un alma perdida.
La mirada posada
sobre las líneas de la carretera,
deslizándose con un ritmo hipnótico
que te adormece.
Hace rato que llueve,
en el cristal empañado dibujas círculos
con la uña;
el viaje es largo y agotador.
Garabatos en tu libro de notas,
páginas sin sentido ni orden,
retales de poemas que escribiste
en días como éstos.
El tintineo de la lluvia
sobre el cristal,
el sonido ahogado del neumático
sobre el asfalto mojado.
Te preguntas cosas,
y te mientes a ti misma
para no sufrir,
una lágrima roza tu mejilla.

Y no hay nada,
nada en ti.

1 comentario:

  1. Atractivo poema por su sinceridad y dureza. Alma sin voz, retales de poemas, te mientes a ti misma,...Son versos que denotan reproche y dolor al mismo tiempo, pero que tienen gran plasticidad y belleza. Un abrazo.

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