jueves, 1 de abril de 2010

He pasado los últimos días
en esta habitación de hotel,
mirando la ciudad
tras la ventana,
mientras la noche cae
y la gente despierta de su letargo.

He abierto la ventana,
pero hace frío;
qué diferente es este sitio,
a veces me sorprendo
echando de menos aquello
de lo que huí.

El resplandor púrpura
del cielo en mis ojos,
miles de puntos de luz
se reflejan en ellos,
qué pena que no haya nadie
que los mire aquí.

Papeles sobre la cama,
en orden caótico,
un teléfono móvil descansa
sobre ellos;
no le hago caso cuando suena,
sé que no eres tú.

He escrito cosas,
cosas que sólo tú entenderías,
o quizás no,
porque he escrito demasiado,
demasiadas palabras
que confunden la mente.

Hay bullicio ahí fuera,
oigo las motos y el murmullo
de los caminantes,
pero echo de menos
el sonido del viento que acaricia
las hojas de un árbol.

A lo lejos un horizonte de siluetas,
una nube se desliza sigilosa
tras un mar de altos edificios,
hace rato que no veo
el sol de la tarde,
hace rato que se escondió.

1 comentario:

  1. me ha encantado.
    ¿sabes?yo no puedo dejar sonar el móvil, siempre tengo una vocecilla tonta que me dice que quizás sea él (aunque no lo es nunca). Y también escribo mucho y a veces creo que nadie podría entenderlo. ^^

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