Eché a perder noches enteras,
copas y copas bajo la luz
de la luna y las estrellas,
una terraza a oscuras
y mil historias que contar,
pero tú eras mi historia,
mi cuento, mi fantasía,
tan irreal y distante
como lo eran las estrellas
para nosotros, la gente,
creyendo poder alcanzarlas
tan sólo con las manos.
El chico de la mirada perdida,
fugaz y triste, inquieta,
quise caminar a solas sin ti pero
me perdí en los rincones
de la melancolía,
y ya no sé salir de allí;
tampoco espero que me ayudes,
si no quieres.
Siempre tan personal, me encanta!
ResponderEliminarAlgún día te pediré algo, ya te diré :)
gracias María, me dejas en ascuas! :)
ResponderEliminarTe ofrezco mi mano...
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