domingo, 10 de julio de 2011

El vacío, el vacío.
Las calles solitarias
en una noche muerta,
el miedo en las venas
rebosa tu corazón,
y todo queda grande,
inalcanzable;
negro y vacío,
un sordo silencio
inquieta sus palabras,
nadie sabe dónde va,
nadie sabe amar.
Reímos, bebemos,
celebrando la vida
que elegimos a ciegas,
pero en la noche profunda,
vacías nuestras camas,
en la insana quietud,
nos refugiamos
en una mirada,
un sueño, una palabra,
huimos al lugar
donde perdimos de vista
el camino,
regresamos al punto
de partida,
para devolver todo aquello
que la noche nos cargó
en las espaldas,
y esperar el nuevo día,
la luz que camufla el vacío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario