tirado en la arena
me alcanzas,
golpe seco
en la espina dorsal.
Hablar para dentro,
te desconozco,
no sé comportarme aquí,
nunca lo aprendí;
no me lo enseñaste.
Te regale la vida
lo que te merezcas;
quédate los momentos
y lárgate,
en sombra y paz.
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