un solo pájaro esconde el silencio
y arrima el alba a un cielo
plomizo y oscuro.
No quiero abrir los ojos
y que mis palabras se lleven
la ilusión de una noche
que se acaba;
no quiero dejar de ser
quien soy en este momento,
la mejor versión (la menos mala)
de mí mismo.
Las calles son desiertos
de luces y pasos ahogados,
caminos hacia ninguna parte,
ningún lugar.
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