martes, 27 de agosto de 2013

El agua se escurre entre mis dedos,
mientras te escucho repetir,
como un eco lejano,
como un grito mudo,
que me quieres.

Me sumerjo en el río, lentamente,
mientras la tarde se esconde;
ladran los pájaros,
vuelan las ranas a ninguna parte,
qué más dará dónde.

Soy agua, mi alma líquida
se retuerce bajo la superficie,
tímida y pausada,
como una promesa diluida
en el tiempo líquido.

Respiro y me inundo,
grito agua y suena mi voz,
velada por el sueño;
la noche está aquí
y se está haciendo tarde.

Tu ausencia en cada canto rodado
me produce tristeza,
pero la vida se abre paso,
como el río se abre paso
y crece y se ensancha y muere.

El sonido del líquido en mis oídos
retumba y me hace pensar:
que eres efímera, como una gota
perdida y camuflada, diferente
e igual que todas las demás.

La noche ha muerto
y tu luz es oscuridad.
Que venga el día.
Ya está aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario