El frío camufla mis ojos hundidos,
nubes de vapor ascienden por los poros
de unas calles repletas de gente;
sin ti no lo están.
El bullicio me nubla la mente;
febril, vagabundo en esta ciudad
que siempre y todo promete,
aun nada da.
Odiaré los miércoles como nunca
he odiado algo intangible y fugaz,
miércoles oscuros de recuerdos,
y soledad.
Me prometo no buscarte y me sorprendo,
¿qué es la vida sin nada por qué luchar?
Sinsentidos, noches a solas,
cosas sin hablar.
Rompo mi cama en sueños contigo,
te hago gritar y duele no tenerte.
Duelen los momentos que perdimos,
no volverán.
Difícil decir adiós y ser sincero,
como perderte en tu mente arrasada;
todo es sombra, todo es brisa.
Suave, leve, calma.
Fría, oscura, brava.
Contradicciones que vuelven,
una y otra vez,
en forma de tu cuerpo.
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