lunes, 23 de diciembre de 2013

Escribir sin dejar pasar,
escribir sin manchar mis palabras
de todo lo que corre por mis venas;
contar historias que nunca fueron,
son ni serán,
pero la triste realidad
es que aquí estoy,
delante de un teclado frío y blanco,
una pantalla fría y blanca,
una habitación fría y blanca
en una casa fría y blanca,
y me siento confuso,
y no quiero tener que escribir
pero lo hago,
y quiero escribir
y no lo hago;
te quiero buscar y me corto las alas,
te quiero a secas y oigo tu voz
en mi oído, gritándome que no lo haga,
y me bajo al mar y siento frío,
un mar frío y blanco,
en un atardecer frío y blanco,
y el agua, fría y blanca,
te trae de vuelta pero en forma de recuerdo,
espíritu, pensamiento,... qué se yo;
pero no puedo correr,
no puedo correr hasta morir de cansancio,
no puedo aun caminar para no morir,
para ir a verte,
para ver tu risa contagiosa
y tu voz, tu voz,
tu voz.
No puedo y me corroe por dentro
esta bilis de la inseguridad,
esta bilis de mis ganas locas
de sentirme en casa en algún sitio,
ya de una maldita vez.

1 comentario:

  1. Si llegas a descubrir el nombre de esa sensación fría y blanca,
    si consigues vivir con el recuerdo de la voz y las letras sin escribir,
    si la fría confusión se torna en cálida seguridad...

    ruego envío urgente del secreto (frío y blanco).

    Un cálido abrazo!

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