Matan las palabras
cuando no significan nada,
y no son más que
sonidos ahogados
en un mundo
sordo e incapaz.
Porque no hay palabra
que iguale una sonrisa,
ni verso que haga justicia
al beso más pequeño,
ni a tus ojos verdes
a la luz del mar.
No hables, sólo escucha,
oye el viento rozando tu piel,
esa gaviota que vuela
a lo lejos,
libre en busca
de alimento.
Dame tu mano
y aprieta la mía,
no estás sola,
porque aquí estoy yo.
Pero a veces
ResponderEliminarlas palabras son consuelo,
suaves plumas que acarician,
algodón que cura heridas,
consejeras que te enseñan,
y te dicen,
que no estás sola.
O.o Como siempre me quedo asombrada, hacia tiempo que no pasaba por aquí, pero leerte es un auténtico placer, se nota que escribes sin miramientos a cara descubierta, me gusta.
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