domingo, 21 de marzo de 2010

Matan las palabras
cuando no significan nada,
y no son más que
sonidos ahogados
en un mundo
sordo e incapaz.

Porque no hay palabra
que iguale una sonrisa,
ni verso que haga justicia
al beso más pequeño,
ni a tus ojos verdes
a la luz del mar.

No hables, sólo escucha,
oye el viento rozando tu piel,
esa gaviota que vuela
a lo lejos,
libre en busca
de alimento.

Dame tu mano
y aprieta la mía,
no estás sola,
porque aquí estoy yo.

2 comentarios:

  1. Pero a veces
    las palabras son consuelo,
    suaves plumas que acarician,
    algodón que cura heridas,
    consejeras que te enseñan,
    y te dicen,
    que no estás sola.

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  2. O.o Como siempre me quedo asombrada, hacia tiempo que no pasaba por aquí, pero leerte es un auténtico placer, se nota que escribes sin miramientos a cara descubierta, me gusta.

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